El director británico David Slade, realizador de la tercera de las entregas de la famosa saga de vampiros para adolescentes, Crepúsculo, ha conseguido con Eclipse algo que parecía altamente improbable: oscurecer la trama, dotándola de un poco más de acción e incluso incluir cierta dosis de tensión sexual para convertir en mínimamente creíble el triangulo amoroso entre la adolescente Bella, el romántico vampiro y el cachas hombre lobo, que ha causado auténtico furor entre el público más joven. Igual que ocurre con todas las sagas dirigidas y protagonizadas por niños o adolescentes, cada nueva entrega de Crepúsculo supone el reto de reflejar con realidad la transformación que cuerpo y mente experimentan a esas edades. En Eclipse, por ejemplo, la acción toma como punto de partida las semanas previas a la graduación de Bella y sus amigos sobrenaturales en el instituto. Pero, además, la chica tiene que tomar la más trascendental de las decisiones: aceptar la proposición de matrimonio de Edward, el frío y pálido vampiro que la llevará a vivir a su eterno mundo sin posibilidad alguna de retorno o, por el contrario, dejarse arrastrar por la pasión de Jacob, el escultural hombre lobo, quien desde luego no tiene nada de frío, y junto a quien podría llevar una existencia un poquito más “normal”, ya que, por lo menos, podrá seguir viviendo en los bosques del pueblo en el que ha crecido. Es éste, en realidad, el único misterio de la historia, porque la acción, una sangrienta guerra desatada por la vengativa Victoria junto a su ejército de neófitos con el objetivo concreto de asesinar a Bella y producir a su vampiro amado el mismo sufrimiento que la malvada Victoria tuvo que soportar cuando perdió a su marido a manos de Edward, aunque sea la parte que ofrece al espectador las escenas más entretenidas y originales, nadie duda de que el desenlace será el correcto y que los buenos se alzarán con el triunfo sobre los malos. Y que ninguno de los fanáticos de la serie sufra. Eclipse es sólo la tercera de las cinco películas previstas para contar las peripecias de tan singulares personajes creados por Stephanie Meyer. Las dos cintas que aún quedan pendientes servirán para adaptar la cuarta y la quinta de las novelas convertidas en best seller internacionales. Mientras, sus productores siguen haciendo caja, gracias a la cual cada una de las nuevas películas puede contar con mayor presupuesto para mejorar su calidad y, especialmente, para poder pagar los millonarios salarios que cobran los jovencísimos actores protagonistas: 6 millones de euros para Kristen Steward y Robert Pattinson y 4 para Taylor Lautner, el joven poseído por una fuerza ancestral que le convierte en lobo, y que con esta nueva cinta ha conseguido incluso superar la fama de Steward y Pattinson. Avalada por una crítica favorable en Estados Unidos, Eclipse acaba de estrenarse en nuestro país y durante este primer fin de semana en cartelera cientos de adolescentes, en su inmensa mayoría chicas, ya han disfrutado en las frías salas de cine, chillando cada vez que Jacob aparece en pantalla con el torso al descubierto y suspirando embelesadas durante las declaraciones de un amor literalmente eterno que el vampiro más famoso de la actualidad dirige a la joven con tan pintorescos amigos.
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